sales de schüsslerSALES DE SCHÜSSLER

El doctor Wilhelm Heinrich Schüssler (1821-1898) investigó sobre la presencia de las sales minerales inorgánicas que forman parte de la estructura celular de nuestros tejidos, siendo su misión la de regular su funcionamiento. Relacionó su carencia con la aparición de algunos trastornos, conllevando la falta de salud. Descubrió las 12 sales principales del organismo, a las que nombro, en un principio, como «agentes funcionales fisiológicos del organismo» para, años después, denominarlas «Sales Bioquímicas». Según el Dr. Schüssler «Cualquier remedio bioquímico debe diluirse hasta el punto de que no provoque trastornos en las funciones de células sanas, pero que al mismo tiempo puedan compensarse los trastornos funcionales existentes». Con este fin, trituró la sal correspondiente y la diluyó en cantidades infinitesimales, adoptando la sexta dilución decimal como la más útil, obteniendo como resultado una cantidad muy pequeña de la materia prima en cuestión, pero, a la vez, muy optimizada. Administradas de este modo, su efecto terapéutico no suple la deficiencia de minerales en dosis ponderales, como lo hacen los Nutracéuticos, sino que realizan una acción reguladora en aquellos tejidos afectados, de modo que puedan  realizar sus funciones. Las diferentes Sales de Schüssler se absorben a través de la mucosa sublingual, para pasar directamente al organismo en forma de iones después de su administración. Según el Dr. Schüssler, se debe recomendar la toma de las sales minerales adecuadas en función de las necesidades de cada persona a nivel celular, no debiéndose considerar como un complemento nutricional.

Tras un correcto diagnóstico, detecto cuál de las doce Sales de Schüssler es la más adecuada según la situación y la idiosincrasia de cada paciente. Recuerdo, una vez más, que es muy importante el tratamiento personalizado. Si bien estas sales pueden tomarse individualmente y/o combinadas entre ellas, nunca se debe olvidar que no se consideran un complemento nutricional. Su toma debe ser recomendada en función, no tan sólo de la sintomatología de la persona, sino también en función del «terreno» de cada una.

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